Capitán Manuel González de León


Entre las riquezas patrimoniales de México es frecuente mencionar la barroca iglesia de Santa Prisca de Taxco, Gro. como una de las mayores. Este templo, costeado enteramente por el minero José De la Borda, era una suerte de exvoto que el acaudalado minero ofrendaba a Dios y al pueblo de Taxco, lugar donde vivió la mayor parte de su vida y donde estaban las minas que le dieron incontables riquezas. Don José De la Borda nació en 1699 en Jaca, España y murió en 1776 o 1777 en Cuernavaca, Mor. Su mayor obra, la iglesia de Santa Prisca, además de ser una forma de gratitud, era también en cierta medida, un capricho, ya que debía ser costeada enteramente por él y dispuso de los mejores maestros para llevarlo a cabo. La historia de este notable minero y de su obra, están espléndidamente mostrados en el libro La iglesia de Santa Prisca de Taxco, escrito por historiadora Elisa Vargas Lugo. Por cierto, la iglesia de Santa Prisca de Taxco fue consagrada por el obispo de Manila, Manuel Antonio Rojo de Lubián y Vieyra (1708- 1764) huichapense, del que, de ser posible, se hablará más adelante.

Son pocos los estudios que de otros benefactores ilustres se han hecho. Uno pendiente es el del Capitán Manuel González Ponce de León (1678-1750), hijo y benefactor de Huichapan. Recientemente se publicó su testamento paleografiado hallado en el Archivo General de la Nación (1). Este documento da cuenta del caudal que un prospero hacendado agrícola podía llegar a adquirir, incluso en una región como Huichapan, y también, de su generosidad para con el pueblo que lo vio nacer.
Entre las obras que este hombre legó gracias a su fortuna, están el retablo de la capilla de la tercera Orden y el de su sacristía, la escuela de primeras letras para todos los niños del pueblo, la capilla del Calvario, establecida en el lugar por él dispuesto, la fuente o “pila curiosa” de la plaza del pueblo con “cañería subterránea” y la presa, así como la actual parroquia de San Mateo, aunque, por lo que se deprende de su testamento, su intención original era ampliar la primera iglesia mayor del pueblo, la actual iglesia de Santa María de Guadalupe, dotándole de un crucero, dos retablos colaterales y una capilla de indios.

El notabilísimo templo de San Mateo resguarda la única imagen conocida que se conserva de Don Manuel González, mostrado como un personaje orante en un nicho del lado izquierdo del presbiterio. Esta escultura fue objeto de un muy interesante estudio que puede verse haciendo clic aquí. Junto a esa escultura aparece una cartela que indica que también gracias a su herencia fue posible construir la alberca y las capillas del cementerio y otras obras pías no especificadas, que pueden ser las que menciona wikipedia.
Hay que mencionar que todas las obras que costeó la fortuna el capitán de infantería, son ahora un patrimonio artístico invaluable y siguen haciendo un gran servicio a los huichapenses del siglo XXI.



(1) Mendoza Muñoz, Jesús y Eduardo Espíndola Alvarado. Testamento del Capitán Manuel González, Benefactor de Huichapan. Antología documental. Fomento Histórico y Cultural de Cadereyta, Cadereyta 2005

2 comentarios:

El Bable dijo...

Leo mas de Huichapan y me intersa mas conocerlo. De lo que te hablé hace poco, no es allí sino todas las referencias se dan en Xilotepec, donde estuvo, en algun lugar la imagen del Cristo de los Agonizantes, que luego fue robada y llevada al norte, pasando por Tepeji, Tula, Huichapan, Tequesquitengo y Querétaro para llegar a Salamanca donde se quedó. Me interesa mucho saber si hay algun documento al respecto. Saludos.

El Bable dijo...
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